He vuelto a ver la película «Idiocracy», dirigida por Mike Judge en 2006, una sátira distópica que, pese a su modesto rendimiento en taquilla, ha ido conquistando el estatus de película de culto con el paso del tiempo. La premisa central del film plantea un futuro donde la inteligencia humana ha decaído dramáticamente debido a la involución de la sociedad, ofreciendo una crítica mordaz a la cultura del consumismo, el entretenimiento de masas y la decadencia educativa. El mundo que imaginaba Mike Judge no era una profecía, más bien una sátira sobre cómo una sociedad se puede volver estúpida, tratando el intelecto como opcional y la experiencia y el espíritu crítico como algo elitista. La de una sociedad que se ha ido degradando por la conveniencia que nos aportan las cosas y de la obsecuencia en nuestros comportamientos.
Al mismo tiempo, viendo la nueva presidencia de los Estados Unidos, con un personaje histriónico y peligroso por sus políticas y la corte carnavalesca formada por Elon Musk, Sundar Pichai, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, rindiéndole pleitesía como si se tratase de un rey bufón, anunciando un nuevo mundo donde la conveniencia y la obsecuencia reinará sobre cualquier pensamiento crítico me preocupa que entremos en una degradación intelectual humana como futuro distópico propiciado por el dominio de la IA que mantienen algunas similitudes con «Idiocracy»:
No es descartable que la dependencia excesiva de la IA podría conducir a una atrofia de capacidades cognitivas humanas por falta de uso regular, no por selección genética como en la película. Habilidades como el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas o incluso la alfabetización podrían deteriorarse. La manipulación mediante algoritmos, algo real y que está pasando con las redes sociales, en lugar del entretenimiento simplista de «Idiocracy», con sistemas de IA podrían optimizar, aún más, los contenidos para maximizar la atención y el consumo, no necesariamente para educar o elevar el pensamiento humano, creando una forma más sofisticada de degradación intelectual. Podría conducir a una división social extrema entre una élite que comprende y controla los sistemas de IA y una mayoría que simplemente consume lo que estos sistemas les ofrecen, sin entender su funcionamiento. Además de la pérdida de autonomía y agencia humana, porque a diferencia de la película donde los humanos toman decisiones (aunque sean deficientes), en una sociedad dominada por IA, los humanos podrían perder progresivamente su capacidad de tomar decisiones significativas y autodeterminarse.
Recomiendo, ver la película de Mike Judge, porque han transcurrido casi veinte años y los potenciales puntos de convergencia de algunos elementos de «Idiocracy» ya se empiezan a manifestarse y que con la IA se podrían agudizar, como la comercialización extrema, al igual que en la película, donde las marcas corporativas dominan todos los aspectos de la vida, los sistemas de IA podrían optimizarse primordialmente para beneficios comerciales en lugar del bienestar humano; la simplificación del lenguaje y comunicación que podrían llegar a un nivel extremo para facilitar la interacción humano-máquina, ocasionando un empobrecimiento lingüístico similar al mostrado en la película; o la pasividad frente a problemas fundamentales, porque una confianza excesiva en que «la IA resolverá todo» podría generar pasividad frente a problemas existenciales, similar a la actitud de los personajes en «Idiocracy».
Como es evidente, también debemos señalar contraargumentos a la distopía de «Idiocracy», ya que la presencia de una IA avanzada y dominante probablemente contrarrestaría varios elementos centrales de la distopía planteada en «Idiocracy». Podríamos pensar que la IA podría compensar el declive cognitivo humano, porque en un mundo donde la IA gestiona sistemas complejos, la necesidad de mantener altos niveles de inteligencia humana para el funcionamiento social básico disminuiría y, por tanto, la IA podría compensar cualquier declive cognitivo poblacional al gestionar infraestructuras críticas, avances científicos y decisiones complejas. También, podría garantizar el mantenimiento del conocimiento acumulado, ya que a diferencia del escenario de la película, donde el conocimiento humano se ha perdido significativamente, la IA serviría como repositorio permanente del conocimiento acumulado por la humanidad, preservándolo independientemente de las capacidades cognitivas humanas promedio; y, por supuesto, la optimización de sistemas, y es que la película muestra sistemas absurdamente ineficientes (como regar cultivos con bebidas energéticas), y una IA avanzada implementaría optimizaciones basadas en evidencia y mejoraría continuamente los sistemas, contrarrestando la ineficiencia mostrada en la película.
La distopía exacta de «Idiocracy» resulta improbable en un mundo dominado por la IA, ya que la propia inteligencia artificial serviría como contrapeso al declive cognitivo humano. Sin embargo, emergerían nuevas formas de distopía potencialmente más sutiles y peligrosas, centradas no en la estupidez humana sino en la pérdida de autonomía, la manipulación algorítmica sofisticada y la atrofia de capacidades por desuso. La clave radica en nuestra capacidad humana para evitar cualquier escenario distópico relacionado con la IA desarrollando sistemas que amplíen las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas, que promuevan el pensamiento crítico en vez de la pasividad, y que sean diseñados para servir a valores humanos fundamentales más allá de la eficiencia y la optimización comercial.
A partir de «Idiocracy» hemos analizado un escenario en un contexto donde la inteligencia artificial es dominante y surgen contrastes interesantes y posibilidades divergentes. ¿Qué ideas estarán rondando en las cabezas de la corte carnavalesca formada por los líderes de las gigantes tecnológicas de la IA?
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Brundage, Miles, et al. The Malicious Use of Artificial Intelligence: Forecasting, Prevention, and Mitigation. 2018. https://maliciousaireport.com/
(Aunque es de 2018, este informe es fundamental y sus implicaciones se siguen discutiendo). Disponible online, es un trabajo colaborativo que explora los riesgos de seguridad del mal uso de la IA.
Carr, Nicholas. The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. W. W. Norton & Company, 2020.
(Aunque la edición original es de 2010, ha sido reeditado y actualizado; es un libro fundamental sobre el impacto de Internet en la cognición). Argumenta que el uso excesivo de Internet está afectando nuestra capacidad de concentración y pensamiento profundo.
Coeckelbergh, Mark. The Political Philosophy of AI: An Introduction. Polity, 2024.
Explora las implicaciones políticas de la inteligencia artificial (IA) y la robótica, conectando cuestiones normativas sobre estas tecnologías con discusiones clave en la filosofía política. Aborda temas como la libertad, la igualdad, la justicia, la democracia y el poder, examinando tanto los efectos intencionados como los no intencionados de la IA y las tecnologías relacionadas. El autor argumenta que la IA no es políticamente neutral y que su desarrollo y uso plantean importantes preguntas sobre nuestros valores y estructuras sociales.
Gerlich, Michael. "AI Tools in Society: Impacts on Cognitive Offloading and the Future of Critical Thinking." Societies, vol. 15, no. 1, 2025, p. 6. https://doi.org/10.3390/soc15010006.
Este estudio investiga la relación entre el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) y las habilidades de pensamiento crítico, con un enfoque en la descarga cognitiva como factor mediador. Los resultados revelan una correlación negativa significativa entre el uso frecuente de herramientas de IA y las habilidades de pensamiento crítico, mediada por una mayor descarga cognitiva. Los participantes más jóvenes mostraron una mayor dependencia de las herramientas de IA y puntuaciones más bajas en pensamiento crítico en comparación con los participantes mayores. Una mayor educación se asoció con mejores habilidades de pensamiento crítico, independientemente del uso de la IA.
Noy, Shakked, and Whitney Zhang. “Experimental Evidence on the Productivity Effects of Generative Artificial Intelligence.” MIT Working Paper, 2 Mar. 2023.
Este estudio examina los efectos de la inteligencia artificial generativa en la productividad, utilizando el chatbot ChatGPT en tareas de escritura profesional de nivel medio. Los resultados muestran que ChatGPT aumenta significativamente la productividad al reducir el tiempo necesario y mejorar la calidad del resultado. Además, reduce la desigualdad entre los trabajadores al beneficiar más a los de menor habilidad, y reestructura las tareas hacia la generación de ideas y la edición, en lugar de la redacción de borradores. El uso de ChatGPT también incrementa la satisfacción laboral y la autoeficacia, y aumenta tanto la preocupación como el entusiasmo por las tecnologías de automatización.
Simkute, Auste, et al. “Ironies of Generative Al: Understanding and Mitigating Productivity Loss in Human-Al Interactions.” arXiv, 17 Feb. 2024.
Este artículo explora las ironías de la inteligencia artificial generativa y cómo puede llevar a la pérdida de productividad en las interacciones humano-IA. Examina los desafíos de usabilidad observados en los sistemas de IA, como el cambio en los roles de los usuarios de la producción a la evaluación, la reestructuración inútil de los flujos de trabajo, las interrupciones y la tendencia de la automatización a hacer que las tareas fáciles sean más fáciles y las tareas difíciles más difíciles.
Zuboff, Shoshana. The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power. PublicAffairs, 2019.
Acuña el término «capitalismo de vigilancia» y describe cómo las empresas tecnológicas recopilan y monetizan nuestros datos, erosionando la privacidad y la autonomía.
Etiquetas: IA, Idiocracia, distopía, tecnología, sociedad
Por JLP 14 de octubre de 2025